martes, 9 de agosto de 2011

Eran las adicciones persiguiendo los bolsillos de las personas
Que felices y confusas
Cambiaban a Dios por estás
Sus vidas tomaban sentido
Al disfrutar los rayos de luz por la ventana
Impregnadas en necesidad
La ciudad se tornaba salvaje cuando los bolsillos se vaciaban
Y las adicciones escapaban
Para volver a ser atrapadas.
Quizás con una gota de esfuerzo
Quizás solo caían en las calles
Pero nunca las hallabas entre los gritos del despertador de la mañana.

2 comentarios:

  1. el cuerpo necesita vicios, es parte de una catarsis terapéutica...
    muy bien dosificados, eso sí....

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